Calipso
En la mitologia griega , Calipso (en griego Καλυψώ, ‘la que oculta’) era, según Homero, el nombre de una bella hija del titán Atles, que reinaba en la hermosa isla de Ogigia.
Cuando Odiseo, que se hallaba a la deriva tras naufragar su barco, llegó a esta isla Calipso le hospedó en su cueva, agasajándole con manjares, bebida y su propio lecho. Le retuvo así durante siete largos años, teniendo de él cuatro hijos: Nausitoo, Nausinoo, Latino y Telégon. Calipso intentó que Odiseo olvidara su vida anterior, y le ofreció la inmortalidad y la juventud eterna si se quedaba con ella en Ogigia. Pero el héroe se cansó pronto de sus mimos, y empezó a añorar a su mujer Penélope.
Viendo esta situación, Atenea intervino y pidió a Zeus que ordenase a Calipso dejar marchar a Odiseo. Zeus envió a su mensajero Hermes y Calipso, viendo que no tenía más opción que obedecer, le dio materiales y víveres para que se construyera una balsa y continuara su viaje. Odiseo se despidió de ella, no sin cierto recelo por si se tratara de una trampa, y zarpó. Algunas leyendas cuentan que Calipso terminó muriendo de pena.
Circe
En la mitología griega, Circe (en griego Κίρκη) era una diosa y hechicera que vivió en la isla de Eea.
Sus padres fueron Helios, el titán preolímpico del Sol, y la oceánide Perseis. Como hermanos tuvo a Eetes, el rey de la Cólquida, y Pasífae. Transformaba a sus enemigos o a los que la ofendían en animales mediante el uso de pociones mágicas y era conocida por sus conocimientos de herborística y medicina.
En la Odisea de Homero, su casa es descrita como una mansión de piedra que se alzaba en mitad de un claro en un denso bosque. Alrededor de la casa rondaban leones y lobos, que en realidad no eran más que las víctimas de su magia: no eran peligrosos y lisonjeaban a todos los extraños. Circe dedicaba su tiempo a trabajar en un gran telar.
Cuando Odiseo llegó a la isla de Eea mandó bajar a la mitad de la tripulación, quedándose él en su barco. Circe invitó a los marineros a un banquete, envenenando la comida con una de sus pociones, transformándolos en cerdos con una vara después de que se hubieran atiborrado. Sólo Euríloco, sospechando una traición desde el principio, logró escapar avisando a Odiseo y a los otros que habían permanecido en los barcos. Odiseo partió al rescate de sus hombres pero en el camino fue interceptado por Hermes, quien le dijo que se hiciese con algunas hierbas de moly para protegerse del mismo destino. Cuando Circe no pudo convertirlo en animal Odiseo le obligó a devolver a sus hombres la forma humana.
Más tarde Circe se enamoró de Odiseo y le ayudó en su viaje de regreso a casa después de que él y su tripulación pasasen un año con ella en su isla. Según Homero, Circe sugirió a Odiseo dos rutas alternativas para volver a Ítaca: bien hacia las «rocas errantes» (las pumíceas islas Lípari, llamadas de forma parecida en las notas de viaje del Chou Ju-kua en el siglo XIII), donde reinaba el rey Eolo, o bien pasar entre la peligrosa Escila y el remolino de Caribdis, normalmente identificado con el estrecho de Mesina.
Casi al final de su Teogonía (1011f) Hesíodo cuenta que Circe tuvo tres hijos de Odiseo: Agrio (por lo demás desconocido), Latino y Telégono, quien gobernó a los tirsenos, es decir los etruscos. Poetas posteriores sólo suelen mencionar a este último como hijo de Odiseo y Circe. Cuando se hizo adulto, cuentan, Circe le envió a buscar a su padre, quien había regresado mucho tiempo atrás a su hogar, pero al llegar Telégono le mató por accidente, llevando su cuerpo de vuelta a Eea junto con su viuda Penélope y su hijo Telémaco. Circe les hizo inmortales y desposó a Telémaco, mientras Telégono se casó con Penélope.
Penélope
Penélope (en griego Πηνελόπη) es un personaje de la Odisea, uno de los dos grandes poemas épicos atribuidos a Homero (el otro es la Ilíada). Penélope es la esposa del personaje principal, el rey de Ítaca Odiseo o Ulises. Ella espera durante veinte años el retorno de su marido de la Guerra de Troya. Por esta razón se la considera un símbolo de la fidelidad conyugal hasta el día de hoy. Mientras su esposo está fuera, Penélope es pretendida por múltiples hombres. Para mantener su castidad ante la ausencia de su marido, ésta idea un gran plan. Les dice a los pretendientes que aceptará la desaparición de Odiseo, con la consecuente promesa de un nuevo enlace, cuando termine de tejer un sudario, para cuando falleciese el ex rey Laertes, en el que estaba trabajando. Para mantener el mayor tiempo posible este tejido en elaboración, procura deshacer por la noche lo que creó durante el día, y de esta forma soporta los 20 años. Justo cuando Odiseo llega a casa, Penélope termina la labor, Odiseo mata a los pretendientes y permanece con ella.
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